viernes, 19 de septiembre de 2008

El abrazo G



(El gran conquistador Alejandro Magno, no renunció al amor de sus efebos)


Cecilia Ruiz de Ríos (historiadora y profesora de idiomas de Nicaragua)

Siendo descendiente directa de uno de los gays más brillantes de la historia, no me da ni frío ni calor hablar o escribir sobre las parejas homosexuales más connotadas de la historia, aunque debo confesar que cuando quise sacar a luz los datos verificables sobre los travestis de la historia, el hecho de que un editor del medio donde se iba a publicar el artículo tuviese una hermana lesbiana y un hermano gay no me ayudó más que para ganarme su eterna animadversión y una gota de censura.

Han habido parejas formadas por un hombre mayor y un chico mucho menor, parejas con un fuerte ingrediente de pederastia, y en la historia las encontramos por doquier en cualquier cultura y época. La formula señor mayor –adolescente se ha visto repetida hasta la saciedad. Muchas veces el hombre mayor ya es una persona muy destacada en su campo, y el joven aprende de él algo más que a amar. Estas relaciones homoeróticas han sido la comidilla de todos desde que el cristianismo se enseñoreó en el mundo, dado de dicha fe considera que una relación así es pecaminosa y lleva de la manito a los avernos.

Otras relaciones han sido entre dos machos hechos y derechos, sin mucha diferencia de edad ni de status. Cabe mencionar que en distintas civilizaciones, como la antigua persa, la griega,la romana y la china milenaria, no existía estigma para estas relaciones. No fue hasta que nos pusieron la doctrina cristiana como cabestro que todo el relincho se armó.

Para colmo, viéndose estas relaciones como algo vergonzoso, las familias, primordialmente padres o esposas, han escogido destruir las evidencias como diarios o cartas después que las celebridades se han ido de este valle de lágrimas. La esposa del orientalista Richard Burton(a no confundirlo con su tocayo el marido de Liz Taylor) eliminó sus apuntes, y la hermanita celosa de Horatio Alger mató su correspondencia. Lo mismo pasó con la correspondencia del célebre hermano menor de Luis XIV de Francia, ya que el Duque de Orleáns era famoso por sus devaneos con chicos. La esposa del literato francés André Gide quemó toda la correspondencia de su marido en un arranque de rabia al saber que su esposo e fugó a Londres con su efebo Marc Allegret.

Entre los grandes de la antigüedad, los amores entre hombres fueron numerosos. Allá por el año 590 antes de la era cristiana Solón y Pisístrato tuvieron un affaire aux trés petit serieux, y el encanto fue tal que Pisístrato luego tuvo un devaneo con Charmus. Para 514 antes de cristo en medio del complot para asesinar a Hippias se enamoraron Aristogeiton y Harmodio, y a ellos se les acredita el haber derrocado la tiranía en Atenas. A los demócratas que luego los convirtieron en héroes poco les importó que hubieran planificado su acción mientras yacían juntos en el lecho.

Los sesudos Parménides de Elea y Zenón de Elea fueron amantes hacia el año 475 de la antigüedad, y se dice que el filósofo Zenón era bellísimo y musculoso, según chismes de nada menos que de Platón, quien fue el alumno predilecto del desventurado Sócrates. Sócrates mismo, años antes que lo sentenciaran a beberse la cicuta, tuvo una relación platónica con el bello general Alcibíades. Aunque nadie reporta haberlos pescado en el lecho, Sócrates fue una de las pocas personas a quien el sagaz y taimado Alcibíades respetó y amó muy tiernamente.

Arquelao I de Macedonia fue un rey a quien le costó caro el haber desairado a su amante Crátero, quien aún estado perdidamente enamorado del monarca, esperaba poder emparentar con él casándose con la hija del mismo. Cuando el soberano decidió no casar a su hija con el efebo, el chico despechado lo asesinó en 399 antes de cristo.





Los rudos espartanos no le hacían asco al amor, y por eso su rey Agesilao II siguió las reglas de su sociedad tomando como amante a Megabates. No sería el único rey macedonio eliminado por su amante despechado, ya que Filipo II de Macedonia (el papá de Alejandro Magno) murió a manos de su adorado Pausanias por haberlo rechazado.

Alejandro Magno por su lado desde chico amó con locura a Hefestión, quien era un guapo noble de su misma edad. Pero ese amor por su camarada de niñez no le impidió tener amores con el adolescente eunuco persa Bagoas, quien lo adoraba a pesar de la gran diferencia de edad.

Resulta curioso que muchos ignorantes equiparen valentía militar con machismo y virilidad, pero en realidad muchos gays se destacaron en el campo de batalla.

El legendario Epaminondas y su amado Asopicho tuvieron juntos una victoria en Leuctra. Tolomeo VI, faraón de origen griego al descender de Tolomeo, uno de los generales de Alejandro Magno, vivía enamoradísimo de Galestes no solo porque el cipote era lindo, sino también porque el joven era sabio y muy ocurrente. Esto sucedió entre los años 170 y 140 antes de cristo en Egipto.

Durante la época del imperio romano, mandatarios como Julio César tuvieron su expediente “manchado” por haber sido efebos. En el caso del epiléptico Julio César, él fue el chico de placer del rey Nicomedes de Bitinia, y luego ya siendo un maduro general se enamoró como loco del caudillo avernio Vercingétorix, cuyas largas trenzas rubias y cara de muñeco lo traían por la calle de la lujuria. En este caso el joven general quien casi derrota a Julio César no quiso saber nada de él entre sábanas y Julio César se desquitó llevándoselo preso a Roma con todo y caballo y finalmente ejecutándolo en público tras varios años de tenerlo en el tabo.

Tiberio saboreó los deleites de la joven carne masculina de sus efebos en Capri, Calígula no se le quedó atrás en sus gustos y Nerón, tras matar de una patada en la barriga a su segunda esposa Poppea, castró a un mancebo y se casó con él. El emperador de origen español Adriano también tuvo un romance explosivo con el bello y chispeante Antinoo, a quien deificó después que el chico tuvo la mala pata de morirse ahogado en la flor de su juventud. Posteriormente, emperadores degenerados como Cómodo y Heliogábalo acabarían teniendo numerosos devaneos con jóvenes machos.

En el lejano oriente, numerosos affaires se dieron en sitios como la corte china, el shogunato nipón y otros lados. Todos los emperadores chinos de la dinastía Han tuvieron amantes masculinos sin tapujos, y el más famoso fue Gaozu con su esbelto Jiri, quien mientras su amo reinó entre 206 y 195 antes de cristo, gozó del poder reflejado.

Los shogunes del Japón no veían nada de extraño en tener jóvenes amantes masculinos, ya que la mujer servía ―al igual que en el imperio romano― solo para fines netamente reproductivos. Ashikaga Yoshimitsu and Zeami Motokiyo en la tradición shudo fueron muy felices a su manera. Zeami llamó la atención de su amo cuando el shogun tenía solo 16 años y Zeami apenas 11, pero el chavalo ya estaba muy bien formado. Desde ese encuentro en 1374, Yoshimitsu lo tomó bajo su protección y Zeami llegó a ser el padre del teatro No, uno de los géneros literarios más gustados en el Japón.

La historia de amor entre Ashikaga Yoshimochi y Akamatsu Mochisada tuvo un triste final cuando Akamatsu cometió desmanes en la administración de las tierras que el shogun Yoshimochi le dio. La propia familia del amante lo denunció y el desdichado debió cometer seppuku por órdenes de su amo. El shogun Ashikaga Yoshinori estaba tan infatuado con su concubino Akamatsu Sadamura que en 1441 el mandatario se vio asesinado por Akamatsu Mitsusuke, cuyas tierras él deseaba arrebatar para dárselas a su goloso amante Sadamura que lo traía loco. Hubo amores que hasta ocasionaron guerras civiles, como en el caso de Ashikaga Yoshimasa y Akamatsu Norinao.

Yoshimasa cometió el craso error de arrebatar unas tierras y dárselas a su querido efebo, pero Yamana Sozen, el hombre cuyas tierras habían sido robadas, no se quedó quieto y atacó al favorito. Norinao se suicidó y el conflicto se hizo enorme desembocando en la Guerra Civil Onin de 1467. El daimyo Ashikaga Yoshiteru y Odachidono tuvieron un romance tan notables que el padre jesuita Luis Frois narró la muerte a los trece años del favorito a través de seppuku cuando el shogun murió en 1565.

Mori Ranmaru, un hermoso quinceañero, estaba orando al lado de su adorado amo Oda Nobunaga (el primer gran unificador del Japón) en un templo cuando los enemigos de Oda rodearon el santuario en una emboscada y le pegaron mecha en 1582. Ambos murieron calcinados. El shogun fundador de la dinastía Tokugawa Ieyasu tuvo muchos amantes varones, pero Li Manchiyo, quien provenía de una poderosa familia adinerada, fue quizás al muchacho a quien más amó.

Sakabe Gozaemon and Tokugawa Iemitsu parecían tener una perfecta relación hasta que decidieron tomar un baño juntos. En la tina donde se refocilaban, Iemitsu –de 21 años–mató a su adorado tormento, quien apenas tenía 16 añitos. Se cree que el shogún sospechaba que su adolescente lo traicionaba con otro. Tsunayoshi fue un shogun Tokugawa a quien se le recuerdo por haber emitido leyes a favor de los animales, especialmente los perros, a quienes adoraba. A quien amó casi tanto como a sus engalanados canes fue a Yanagisawa Yoshiyasu, a quien le llevaba 12 años de edad. Juntos compartieron muchas aventuras bélicas, incluyendo el incidente de los 47 ronins (o samurais sin empleo) en 1701.

Después que el sagaz y despiadado Constantino I el Grande le dio luz verde al cristianismo, la fe en cuestión le dio luz roja al homosexualismo, calificándolo de pecado mortal. Sin embargo, esto no fue impedimento para que los cristianos que tuvieron gusto por el mismo sexo se siguieran amando aunque tuvieran que esconderse para eso.

Raúl II, arzobispo de Tours y su adolescente Juan (llamado Flora por su amante en momentos pasionales), obispo de Orleáns, se amaron a escondidas pero fue público que el joven Juan fue puesto en 1097 como obispo por los favores debidos al arzobispo.

En la corte veneciana de Los Señores de la Noche hubo escándalo cuando Nicoleto Marmagna y Giovanni Braganza a las alturas de 1357 fueron sentenciados a ser quemados en una estaca tras ser descubiertos en amores durante un viaje. Eran amo y sirviente.

Leonardo Da Vinci, quizás el genio más perfecto que ha dado la raza humana, era un homosexual apasionado, y aunque amó a muchos mozalbetes, su gran amor fue Gian Giacomo Caprotti da Oreno, más conocido como Il Salaino. Este chavalo comenzó a servir a Leo en 1490 cuando el muchachito tenía 10 añitos apenas. La relación entre el genio y su chavalo duraría 30 años. Francesco Melzi sería el último amante de Leo, entrando al servicio del autor de la Monalisa en 1505 teniendo Francesco solo 15 años. Este muchacho acompañaría a Leo a su estadía en Francia y heredaría todo de él.

Otro escándalo del Renacimiento lo protagonizaría el sotanudo papa Julio II. El supersticioso y pleitisto hombre quien creó el regimiento élite de los guardias suizos tuvo borrascosos amores con Innocenzo Ciocchi del Monte, un pilluelo callejero de 14 años repleto de encantos pero totalmente analfabestia. Desde 1547 cuando fue recogido por el futuro Julio II Innocenzo no solo aprendió a tener gustos caros y a leer y escribir, sino que fue perdiendo toda inocencia menos su nombre. Cuando su amor pasó en 1550 a ser papa, Innocenzo fue promovido a cardenal, y así pudo estar en las orgías pederastas en que Julio II chapoteaba quedando ambos hasta con olor a Monte.

Uno de los más connotados orfebres y escultores del renacimiento italiano fue Benvenuto Cellini, quien además tenía récord como precursor de los pandilleros de hoy. Cellini tuvo alborotados amores con Fernando di Giovanni di Montepulciano, nada más ni nada menos que su aprendiz. Se amaron en 1551, pero cinco años más luego se pelearon aparatosamente y Cellini lo amenazó con darle “el mayor placer del mundo merced a una vara de hierro al rojo vivo...por ahí, ”si el chico quería seguirlo molestando.

Esmé Stewart, primer duque de Lennox, fue el primer gran amor del fofo, feo, enclenque y torpe rey Jacobo I de Inglaterra y Escocia, quien heredó la corona cuando la brillante Elizabeth I La Reina Virgen murió sin dejar descendencia. Jacobo tenía apenas 13 años y no sabía que iba a ser rey de Inglaterra, pero una vez que asió el cetro de lo que sería el Reino Unido, habría de toparse con muchos hombres que le harían feliz a pesar de que fue opíparamente infeliz con su chela esposa Ana de Dinamarca. Jacobo ya tendría 41 muy gastados años cuando se infatuó de Robert Carr, de apenas 17 años, en 1606 durante una competencia deportiva. El flojo paje con la cara de muñeca petulante logró sacarle abundantes favores al rey durante años, pero acabó sintiendo solo frialdad y asco cuando el prematuramente avejentado rey trataba de llevarlo casi de las mechas a la cama.No sería el único rey europeo cuya pasión por un muchacho lo metiera en líos…

Si en el siglo XIII Eduardo II de la dinastía Plantagenet de Inglaterra había perdido vida y corona por su amor por Hugo Despenser, Luis XIII de Francia temblaría de pasión no con su esposa española Ana Mauricio de España sino por Charles de Luynes, quien era mayor por 23 años que Luis cuando éste era apenas el heredero al trono. Desde 1615 Luis XIII y Luynes se amarían en silencio y a escondidas de la odiosa madre de Luis, la chela gordiflona María de Médicis. Se cree que comenzaron a acostarse cuando el futuro monarca tenía apenas 14 años. Descubiertos por accidente en 1616 durante una visita del bardo Juan Alejandro de Normandía ―quien fue otro experto en amores entre hombres y hasta fue el favorito del rey galo Enrique III de Valois― cuando Luis corría a cubrirse las vergüenzas, el poeta y periodista normando estalló en carcajadas reafirmándole al delfín que no había visto nada “que yo mismo no hubiera hecho o siguiera haciendo,” finalmente aconsejando al futuro soberano que todo se podía hacer siempre que se hiciera con la menor cantidad de testigos posibles.

Los amores entre el genial, erudito y atormentado Federico II el Grande de Prusia y Hans Hermann “Bellogato” von Katte tuvieron uno de los finales más trágicos de la historia. Federico tenía solo 18 años y quién sabe cuántos moretones como consecuencia de las zurras violentas que le daba su padre el rey Federico Guillermo I de Prusia cuando amistó con el joven oficial Hans, quien poseía unos ojos azules de poster y una dulzura de miel. Federico y Hans pensaban huir a París cuando los pescaron. El rey al inicio quería matarlos a ambos, pero Federico se salvó por ser su único heredero viable. Pero Hans fue decapitado como castigo ante los atónitos ojos de su regio amante Federico.

Muchos mojigatos han sido quienes han criticado las relaciones sexuales entre hombres, pero lo triste y cómico a la vez es que algunos de ellos también practican a escondidas lo que critican en público. Muy sonado fue el caso de Prospero Farinacci y Bernardino Rocchi. Prospero era un juez y abogado italiano a quien durante el renacimiento le encantaba dictar crueles sentencias a los acusados de sodomía. Todo iba viento en popa con sus torticerías hasta que en 1595 lo pescaron con su paje de 16 años Bernardino Rocchi.

Otro que solía burlarse de los gays era el rimbombante compositor Jean Baptiste Lully, músico titular de la corte francesa de Luis XIV el Rey Sol. En 1685 el compositor de 53 años salió embarrado en los chismes de un joven paje quien había sido su amante. El chico delató al músico por participar en orgías romanas, pero también mentó a varios allegados del monarca, por lo cual lo mandaron a callar de una vez por todas. Lully respiró aliviado, pero eso no le impidió seguir toqueteando a los chicos de su coro y orquesta, dando el ejemplo para lo que sería otro escándalo de niños músicos ―solo que esta vez en Nicaragua en la década del 70 del siglo XX―

Los pintores italianos Michelangelo Merisi da Caravaggio y Francesco ('Cecco') Boneri tuvieron una excelente relación desde que el chico le sirvió de modelo. Con el correr del tiempo Cecco tomó prestado el apellido de su amante y se dio a conocer como Cecco del Cavaraggio y conquistó la fama.

George Gordon, Lord Byron, fue un apuesto inglés a quien muchos consideran como la encarnación de los ideales románticos del siglo XIX. En 1810 este noble convertido en poeta se enamoró de un franco –italiano Nicoló Guiraud de apenas 15 años. Byron continuaría teniendo devaneos con muchachos así como con señoras, llegando hasta a cometer incesto con una hermana, pero jamás olvidaría a este chico de cejas espesas por quien perdió la cabeza y el pudor.

El siglo XIX vería al otro lado del Atlántico a Walt Whitman, gran bardo y periodista empírico norteamericano, enamorarse una y otra vez de hombres como Bill Duckett (con quien estuvo desde 1884 hasta 1889) y hasta de un esclavo liberado de origen francés llamado Jean, a quien conoció en la Luisiana. Según algunos historiadores, Whitman incluso albergó una infatuación muy platónico pero no por eso menos intensa hacia el estadista Abraham Lincoln, considerado por muchos como el mejor presidente que ha tenido la nación del norte.

Para colmo el desgarbado Lincoln a su vez también tuvo un romance muy tierno cuando era un abogado que no tenía ni en qué caerse muerto. El amorío gay de Lincoln fue un barbudo hermoso llamado Joshua Speed, quien era un tendero que le dio albergue en su misma cama cuando el futuro libertador de los negros no tenía ni para pagar un hospedaje.

Las cartas entre Speed y Lincoln revelan una pasión jamás entibiada por el paso de los años, y la relación acabaría mal porque Joshua nunca fue partidario de la emancipación de los negros. Cuando Lincoln fue asesinado el 14 de abril de 1865, Whitman se sintió tan desolado que escribió su famosa elegía O Capitán Mi Capitán.
El genial y hermosísimo Oscar Wilde seguía a sus 32 años siendo virgen en cuanto al homosexualismo ―ya que se había casado enamoradísimo y tenido dos hijos― cuando se topó a Robert Baldwin Ross, un periodista de 17 años y destinado a ser luego el ejecutor del testamento de Wilde.. Ross sedujo a Wilde con alevosía y descaro, pavimentando el camino por donde Wilde hallaría a Bosie, el amor de su vida. Wilde pasó a ser el homosexual más vilipendiado de la cultura occidental, llegando a padecer de cárcel por dos años tras uno de los juicios más asquerosos de toda la historia.












El brillante compositor ruso Pedro Ilitch Tchaikovsky también se vio seducido por alguien más joven, siendo esta persona su sobrino Vladimir Lvovich Davidov. Este sobrinito había nacido en 1871 y desde 1888 hasta la muerte del compositor a los 53 años fueron amantes. Tchaikovsky se tomó un vaso con agua sin hervir mientras rugía el cólera como un suicidio al descubrir que Vladimir no le era fiel, afirman unos, otros aseveran que el compositor tenía miedo de verse expuesto como sodomita en la puritana e hipócrita sociedad en que reinaba Alejandro III El Estúpido Romanov.

El famoso diario del músico revela que el autor de El Lago de los Cisnes llamaba a su homosexualismo “sensación Z” y que trató en dos ocasiones de “remediarse”. Primero casándose con una enloquecida artista llamada Antonina y luego a través de una relación epistolaria con la misteriosa Madame Nadezhda Von Meck, su mecenas acaudalada y confidente.

El literato anglófono Somerset Maughan se vio seducido a los 16 años por el pianista empobrecido de 26 años John Ellingham Brooks en 1890 en Heidelberg, siendo este músico el que desvirgó al futuro literato.

Otro Brooks, pero de nombre Ferdinand, fue quien tuvo una relación amorosa con alguien destinado a ser uno de los grandes estadistas de nuestros tiempos, Jawaharlal Nehru, el pandit de la India. Antes de matricularse en el Colegio Garrow en 1905 el bello Jawaharlal se fue al lecho con su profesor de teosofía.

El literato francés André Gide, premio Nóbel de Literatura y autor de Los Monederos Falsos, se hizo amante de Marc Allegret en 1916, teniendo Gide 47 años y Marc 15. La cosa se puso color de hormiga pues el chico era el hijo de Elie Allegret, el padrino de bodas de Gide. Allegret llegaría a ser un reconocido cineasta, pero cuando Gide huyó a Londres a vivir su pasión con Marc, la esposa del escritor optó por desencadenar una ola de maledicencia y destrucción contra ellos.



(Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, dos poetas franceses que se amaron)







Dos poetas que se amaron entre escándalos fueron los franceses Paul Verlaine y Artur Rimbaud. Los pleitos eran constantes, sobre todo porque Verlaine era una bolsa ambulante de adicciones. Rimbaud no se le quedaba atrás, y habría de morir de sífilis y complicaciones por una rodilla doliente.

En España, Salvador Dalí hizo estragos en un bello poeta granadino a quien le debemos Poema del Cante Jondo, Yerma, La Casada Infiel y Bodas de Sangre: Federico García Lorca. Federico, quien estaba tristemente destinado a ser una víctima más de la Guerra Civil Española al morir fusilado, tuvo que huir hasta Nueva Cork para poderse sacar del pelo y del corazón al padre del surrealismo en una de las relaciones más tortuosas de todos los tiempos .

Karol Szymanowski está considerado por los críticos como lo mejor que ha dado Polonia después de Federico Chopin, y el autor de Harnasie estaba destinado a encontrar el amor en brazos de Boris Kochno. Farol tenía 37 años y Boris apenas 15 cuando se conocieron en 1919. El compositor, quien también era novelista y poeta, le dedicó 4 poemas al joven y vivieron tan tórrido romance que cuando Karol luego enloqueció y fue metido a un sanatorio, llamaba a gritos al muchacho. Boris también fue la musa para la novela de Karol, Efebos. Para entonces el efebo había pasado a manos más acaudaladas como las del empresario ruso de ballets Sergio Diaghilev, quien además lo gozó como libretista por 8 años hasta que el empresario murió en 1929 a la edad de 57 años.


(Nijinski, en "El espectro de la rosa", uno de los grandes bailarines de la historia del ballet)


Diaghilev dejó tras de sí otro romance con un hombre menor que él y predecesor en su lecho de Boris; el bailarín ucraniano Vaslav Nijinsky, estrella de los ballets rusos y para muchos el balletista más grande de toda la historia. Nijinsky fue la gran pasión de Diaghilev, y protagonizaron un escándalo cuando el balletista se casó a escondidas con la condesita húngara Rómola, con quien tuvo dos retoños.

Hoy en día, habiendo posibilidad de casarse dos personas del mismo sexo, ha habido algunas de estas relaciones entre hombres que se han llegado a consolidar. Aún así, la sociedad dizque cristiana sigue negando a las parejas del mismo sexo los mismos derechos de los que gozan las parejas heterosexuales.

En lugar de educar y llamar a las cosas por su nombre, muchos medios, sea por gazmoñería o sencilla ignorancia, siguen tratando de tapar el sol con un dedo, ignorando que estas relaciones se han dado desde siempre, y por ende, a como dijo uno de los efebos más codiciados de la antigua Grecia, Agatón, “ni los dioses pueden cambiar el pasado.” Y añadiría yo, ni mucho menos un puñado de mediocres a cargo de medios de comunicación sin evolucionar.


4 comentarios:

carrots3 dijo...

Guía práctica para un maquillaje perfecto

Para las mujeres es esencial lucir siempre bellas y bien maquilladas. ¿Cómo lograrlo sin tanto esfuerzo? Sigue estos consejos prácticos, harán que luzcas un maquillaje perfecto.

1. Prepara la piel con limpieza, tonificación e hidratación.

2. Usa corrector donde se necesite.

3. Extiende la base con los dedos o una esponja.

4. Aplica una capa de polvos sueltos.

5. Sombrea y delinea los párpados. Pon máscara de pestañas.

6. Peina las cejas. Si es necesario, cubre los huecos con lápiz o sombra.

7. Perfila la boca y rellena los labios.

8. Ruboriza las mejillas con blush.

Consejos fáciles

* El rouge no se fija bien sobre los labios húmedos o con restos de crema.

* Para que los labios se mantengan como recién pintados, empólvalos antes de poner el labial y luego fija el color pasando por la boca un cubito de hielo.

* Unifica el tono de tu pase con tu piel, maquillando el interior visible de las fosas nasales con un cotonete.

* Un blush de tono muy suave sirve para reducir el volumen de una frente ancha y elevar zonas hundidas, como un mentón pequeño.

* Disimula las arrugas con corrector: ponlo en la punta de un pincel y rellénalas. Utiliza el producto con moderación, si usas demasiado las resaltarás.

* En lugar de sombra aplica blush en el pliegue del párpado: da color, brillo y armonía al rostro.

Fuente:
www.feminis.com

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

gracias por esos consejos
reinaldo

zaidojuara dijo...

bueno muy interesante lo narrado, pero..........de donde la informacion? es lo unico que me inguieta

juan ruiz dijo...

Xxxtentacion