sábado, 13 de septiembre de 2008

SER PARTE DEL ARCOIRIS...


(Fotograma de la premiada cinta cubana “Fresa y chocolate”, una mirada artística sobre la intolerancia y las relaciones humanas)


(I) "Ser homosexual, bisexual, transexual o travesti no es una enfermedad, no es sinónimo de perversidad ni constituye delito alguno. No tienen su origen en la seducción a ninguna edad, no son contagiosas ni adquiridas por defectos educativos ni por malos ejemplos en el medio familiar. Son formas de expresión de la Diversidad Sexual, como lo es también la heterosexualidad".

(Declaración del CENESEX: CENTRO NACIONAL DE EDUCACIÓN SEXUAL, CENESEX, La Habana, Cuba)

(II) 17 de mayo: DÍA MUNDIAL contra la HOMOFOBIA /CUBA contra la HOMOFOBIA: “Esta es la ayuda mas importante que puede darse a la familia cubana”/ PALABRAS de Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual, CENESEX.


(Mariela Castro Espín, Directora del Centro Nacional de Educación Sexual, CENESEX en Cuba)


Toda Cuba celebró el 17 de mayo de 2008, el Día Mundial contra la Homofobia y la Transfobia, realizado por primera vez en la Isla con apoyo estatal.

Entrevistada en el noticiero TV Noticias, Mariela Castro Espín, directora del CENESEX e hija del presidente cubano Raúl Castro, subrayó las razones de esta celebración:

“El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud aprobó que la homosexualidad no es una enfermedad, y mucho menos un trastorno mental. Lo aprobó en una Asamblea General, donde participan Ministros de salud de todas partes del mundo.

“Su antecedente está en que, en 1974, la Asociación Americana de Siquiatría eliminó de su manual de clasificación de enfermedades mentales a la homosexualidad, y esto tuvo una trascendencia en el campo científico muy importante, porque ellos mismos habían pautado terapias para convertir a las personas homosexuales en heterosexuales; y eso es tan iatrogénico, quiere decir que hace tanto daño, como tratar de convertir a las personas heterosexuales en homosexuales.

“Entonces, se pudo demostrar científicamente y en la práctica médica que era un error, y se logró demostrar que la homosexualidad es una variante legítima de la sexualidad humana.

“Entonces, muchas sociedades científicas, poco a poco, fueron asumiendo este criterio, fueron modificándose, eliminándose estas terapias de cambiar las orientaciones sexuales, y todo lo contrario: empezó a trabajarse para eliminar las formas de discriminación, de exclusión.

“Qué es la homofobia… Ese odio irracional hacia las personas por tener una orientación sexual que no coincide con la heterosexual, que es lo que históricamente las culturas dominantes han establecido como la norma, como lo que consideran normal, moral, adecuado, apropiado…

“Sin embargo, la misma ciencia ha podido investigar y demostrar que la atracción entre personas del mismo sexo ha existido siempre, desde que el ser humano existe. Y existirá siempre; pero que las diferentes culturas le fueron dando también diferentes interpretaciones: en unas la consideraban trastornos enfermos; en otras, las consideraban normales. Por tanto, esa interpretación es algo creado por el ser humano.

“Celebrar este día ayuda a la población a conocer sobre esto, a cambiar su manera de pensar, a ser más humanos, más solidarios, más respetuosos, a convivir en el respeto.

“Esta es la ayuda más importante que le podemos dar a la familia cubana: aportarle estos elementos de análisis para fortalecer los principios éticos, que deben continuar dentro de la familia: los principios de la solidaridad, del amor y del respeto”

(III) LA BANDERA GAY: Bandera del ARCOIRIS


La bandera gay, a veces denominada bandera de la libertad, ha sido utilizada como símbolo del orgullo gay y lésbico desde la década de los '70. Los diferentes colores simbolizan la diversidad en la comunidad gay y sus colores son utilizados a menudo en marchas por reclamos. Nació en los Estados Unidos, pero ahora es utilizada en todo el mundo.

La bandera de arco iris fue popularizada como símbolo del orgullo gay por el artista nacido en San Francisco, Gilbert Baker, en 1978. Actualmente consiste de seis franjas de colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta. La bandera copia el orden de los colores como en los arco iris.

La bandera original flameó por primera vez en el Festival del Orgullo de San Francisco, el 25 de junio de 1978. Consistía de ocho colores, cada uno con sus significados:

• Rojo: vida
• Naranja: curación
• Amarillo: luz del Sol
• Verde: naturaleza
• Azul: serenidad
• Violeta: espíritu

(YA eliminados: Rosa: sexualidad y Turquesa: magia)

Durante los años '80 la bandera acrecentó su popularidad a nivel nacional en los Estados Unidos, y posteriormente fue haciendo apariciones en el ámbito internacional. (http://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_gay )

(IV) EL DÍA INTERNACIONAL DEL ORGULLO GAY



El Día Internacional del Orgullo LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transexual), también conocido como Día del Orgullo Gay o simplemente Orgullo Gay (en inglés, gay pride) es una serie de eventos que cada año los colectivos homosexuales celebran de forma pública para instar por la tolerancia y la igualdad de los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Tal fiesta tiene lugar en torno al 28 de junio o bien el primer sábado posterior al 28 de Junio, fecha en que se conmemoran los disturbios de Stonewall (Nueva York, EEUU, 1969), que marcan el inicio de la liberación homosexual. En algunos países la fecha original puede cambiar en caso de coincidencia con otros eventos locales muy importantes (eventos masivos, elecciones políticas o posibilidades de leyes trascendentes para los homosexuales).

La noción básica del «orgullo gay» consiste en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, cualquiera sea su sexo u orientación sexual. El término escogido («orgullo»), tiene probablemente más sentido, desde un punto de vista filológico, en inglés que en español. En efecto, la idea que parece transmitir este concepto es más bien la de una dignidad intrínseca de cada ser humano, que no debe verse afectada por su conducta ni orientación sexuales. En tal sentido, la traducción más correcta debería ser dignidad gay.

La celebración se desarrolla comúnmente con coloridas «marchas del orgullo» (en inglés «pride parades», en francés «marches des fiertés») que coinciden, en el hemisferio norte, con el inicio del verano. Los símbolos del orgullo gay (la bandera con los colores del arco iris y los triángulos rosas), se exhiben en abundancia en estas fiestas. En las celebraciones suele darse cabida a actividades que exceden del marco del jolgorio: reivindicaciones sociales o políticas que identifican a los colectivos participantes.

Una vez superadas las leyes consideradas más discriminatorias en su contra para los homosexuales, la creación del matrimonios, o el establecimiento de la homoparentalidad (adopción de hijos por homosexuales), son temas recurrentes en las fiestas del orgullo contemporáneas, que en los últimos años, con la cada vez mayor fuerza del movimiento homosexual, han ido politizándose fuertemente, convirtiéndose en un instrumento de presión política a los gobiernos en favor de los colectivos homosexuales y contando con una fuerte participación de grupos de izquierda, que han asumido las demandas gay como propias (...). (Basado en http://es.wikipedia.org/wiki/Christopher_Street_Day )

(V) Los sucesos o disturbios de Stonewall: EL COMIENZO DE LAS REIVINDICACIONES

Las Revueltas de Stonewall consistieron en una serie de violentos conflictos entre la comunidad LGBT y la policía de Nueva York. Son ampliamente reconocidas como el catalizador del movimiento moderno por los derechos LGBT en todo el mundo. De hecho, hoy en día son recordadas cada año en las múltiples marchas del Orgullo Gay celebradas alrededor de la efeméride.

Comenzaron durante una redada policial el 28 de junio de 1969, y duraron varios días. Se centraron en el pub conocido como Stonewall Inn, en el número 53 de la calle Cristopher, muy cerca de la plaza Sheridan, en el bohemio barrio de Greenwich Village. Los disturbios también son conocidos como el Alzamiento de Stonewall, la Rebelión de Stonewall, la Revolución de Stonewall o, simplemente, Stonewall.

.Contrariamente a la creencia popular, ya existían activistas luchando por los derechos homosexuales antes de las revueltas de Stonewall. En 1950, un hombre gay llamado Harry Hay y un grupo de seguidores, cansados del tratamiento discriminatorio por su orientación sexual, lanzaron la Sociedad Mattachine. Esta organización unificó a gays previamente aislados, y los animó a luchar por sus derechos. El activismo de la Sociedad Mattachine sirvió de inspiración para la primera organización estudiantil por los derechos gays: la Liga Homófila de Estudiantes (SHL), formada según el modelo de la Sociedad Mattachine en 1967, en la Universidad de Columbia, en torno a la figura del bisexual Stephen Donaldson. A pesar de las dificultades, Donaldson recibió la autorización necesaria por parte de la Universidad. La SHL atrajo comentarios negativos por parte de los medios, pero sirvió de inspiración a otros activistas que iniciaron grupos de la SHL en otras universidades. Al año siguiente, el segundo grupo universitario pro derechos gays fue creado en la Universidad de Cornell (Nueva York) por Jerald Moldenhaurer.

Hasta los años sesenta, las redadas policiales en bares y discotecas gay eran habituales en Estados Unidos, y en ocasiones incluían abusos verbales y físicos por parte de la autoridad. A partir de entonces, las redadas fueron bastante menos frecuentes en las grandes ciudades. Muchos concluyen que la reducción de las redadas puede atribuirse al creciente número de denuncias y juicios, así como a la creciente resistencia del Moviento Homófilo.

Antes de 1965, ocasionalmente, la policía tomaba nota de la identidad de los sorprendidos en la redada. Posteriormente suministraba esa información a los periódicos para su publicación. La policía usaba cualquier justificación conveniente para los arrestos por “indecencia”: besarse, tomar de la mano, travestismo, o simplemente la presencia en el local.

Pero en 1965 surgió una importante figura que favorecería un cambio en las actitudes policiales. Fue Richard Leitsch, quien alcanzó la presidencia del grupo neoyorquino de la Sociedad Mattachine aproximadamente al mismo tiempo que John Lindsay, político republicano, lograba la alcaldía. Frente a la política conservadora de Lindsay, Leitsch se mostraría más militante que sus predecesores. Por ejemplo, Leitsch defendía las técnicas de acción directa habituales en otros grupos pro derechos civiles en los sesenta (pero no en el movimiento homófilo)

A principios de 1966, las políticas policiales cambiaron sensiblemente gracias a las quejas de Richard Leitsch y la Sociedad Mattachine contra la “incitación al delito” (“entrapment” en inglés). Esta táctica policial para perseguir a los homosexuales consistía en la provocación a hombres “sospechosos” para que incumplieran la ley (por ejemplo, proponiendo sexo en parques o aseos para caballeros) por parte de agentes de paisano. Si el sospechoso decidía arriesgarse y aceptaba la invitación, el agente se identificaba como tal y procedía al arresto por indecencia. Algunos detenidos se quejaban de que sólo se había procedido al arresto después de que el delito se hubiera completado a satisfacción del agente. El comisario de policía Howard Leary, sensible a las quejas de Leitsch y su organización, dio instrucciones concretas al cuerpo para que cesara toda práctica de “incitación al delito” en este contexto, requiriendo además la presencia de un testigo civil cuando un agente de paisano arrestara a un homosexual. Esta nueva política provocó una disminución drástica de los arrestos por incitación en la ciudad de Nueva York. En el mismo año, Leitsch decidió desafiar otra política anti-gay: la prohibición de servir alcohol a un grupo de tres o más personas reconocidamente homosexuales. Con la intención de dificultar el derecho de reunión y dificultar la apertura de locales de ambiente gay, la Autoridad Estatal de Licores (SLA) podía retirar la licencia de venta de alcohol a cualquier establecimiento que incumpliera esa norma. Leitsch convocó a periodistas y a otros dos homosexuales, con la intención de solicitar alcohol en varios bares. Cuando el propietario del bar Julius se negó, formuló una queja formal ante la prensa, con la intención de generar un debate en torno a la prohibición.

Otros pequeños actos de resistencia a lo largo de Estados Unidos contribuyeron al reconocimiento de los derechos LGBT antes de la rebelión de Stonewall. Por ejemplo, los disturbios de la Cafetería Compton’s (San Francisco, 1966), frecuentada por mujeres transexuales, constituyeron un precedente claro de lo que ocurriría en Nueva York tres años más tarde.



(El célebre bar neoyorquino Stonewall. Imagen del 2005)

Pero, ¿por qué se decidió iniciar el registro del bar Stonewall causando la revuelta? No existe un respuesta firme, ya que los bares gay eran habituales y, en sí mismos, no estaban prohibidos. John D’Emilio, eminente historiador, apunta a la situación política. La ciudad estaba en plena campaña electoral, y John Lindsay se encontraba en una situación comprometida tras perder las primarias del Partido Republicano.

Por cuestiones de imagen pública, tenía razones para pedir una “limpieza” en los bares de la ciudad, y Stonewall Inn era un blanco fácil. Operaba sin licencia para vender licores (aunque sus dueños afirmaban no vender alcohol, sino bebidas aguadas), tenía lazos con el crimen organizado y “al ofrecer go-gos masculinos ligeros de ropa, llevó la rebeldía a la zona de la plaza Sheridan” (D’Emilio 1983, p. 231).

Stonewall Inn era frecuentada sobre todo por hombres gay que, además, eran negros e hispanos, incluyendo muchas drag queens y transexuales. Por otro lado, el subinspector jefe Seymour Pine, quien lideró la redada del bar la primera noche, declaró que se le ordenó cerrar Stonewall Inn por ser un centro de operaciones de chantajistas. Supuestamente, determinados criminales recababan información en el bar sobre ejecutivos gay que trabajaban en Wall Street, para luego chantajearlos, no revelando su orientación a cambio de dinero. Algunos robos anteriores en las oficinas de diversos corredores de bolsa podrían haber encontrado una explicación en esos teóricos chantajes.

En cualquier caso, los dueños de Stonewall Inn estaban acostumbrados a las redadas y los habituales abusos verbales y físicos, contra los cuales normalmente no se oponía ninguna resistencia. Por lo general era posible volver a abrir durante la misma noche o, en algunos casos, al día siguiente.

LA REDADA: En la madrugada del sábado 28 de junio de 1969, la policía volvía a entrar en Stonewall Inn, pero varios factores diferenciarían esa redada de las anteriores, empezando por el ambiente emocional y la hora. Respecto al primero, la comunidad gay estadounidense estaba conmocionada por el reciente suicidio de su mayor icono, la actriz Judy Garland, enterrada horas antes. Algunos grupos de fans acudían a bares gay para compartir la pérdida en un ambiente de tensión emocional, en ocasiones aumentado por el consumo de drogas. Respecto a la hora, normalmente las redadas solían ocurrir a primeras horas de la noche, lo que permitía reabrir el bar durante las horas más populares. Sin embargo, esta redada se retrasó aproximadamente hasta la 1:20, sorprendiendo a trabajadores y clientes.

Ocho agentes de policía, siete de ellos de paisano, entraron en el bar con una orden de registro para investigar la venta ilegal de alcohol. La policía comenzó a interrogar a los clientes, solicitando su identificación. Muchos fueron escoltados hasta la calle, y algunos fueron incluso arrestados. La multitud en el exterior del bar comenzó a enfurecerse. Los abucheos a la policía se multiplicaron cuando los propietarios del bar fueron introducidos en la furgoneta policial. La chispa que transformó los abucheos en violencia fue un empujón hacia la misma furgoneta, propinado por un agente contra un joven travestido de 17 años. Éste respondió con un puñetazo, algo sorprendente pues la actitud de los detenidos homosexuales solía ser muy sumisa. La policía se abalanzó violentamente sobre el joven y la multitud intervino. En pocos segundos la situación se volvió completamente caótica. La activista transexual Silvya Rivera afirma que “lideró la carga” contra la policía.

Los agentes recibían constantes golpes de botellas y piedras arrojadas por los rebelados, que incluso usaron un parquímetro como ariete. El cantante folk Dave van Ronk, heterosexual y residente en la zona, fue arrestado mientras paseaba por la calle, golpeado y encerrado en un calabozo brevemente. Pese a la brutalidad policial, que reducía mediante porras a los rebelados, los ataques de la multitud fueron implacables. Ésta creció rápidamente mientras la noticia de la rebelión se extendía por la ciudad. Los dueños y clientela de otros bares de la zona acudieron a los disturbios, y la policía se vio superada.

Algunos agentes buscaron refugio dentro del bar. En ese momento, los rebelados bloquearon la entrada y algunos exaltados intentaron prender fuego al establecimiento. Mientras, en el exterior, los repetidos intentos policiales para dispersarla fracasaban uno tras otro. Cuatrocientos agentes de policía intentaban controlar a dos mil manifestantes. La multitud, demasiado numerosa, se volvía a formar a espaldas de los agentes que cargaban contra ella, mientras repetían la consigna “Gay power!” (¡Poder gay!). Algunos activistas transexuales y travestidos comenzaron a cantar el famoso “himno” de Stonewall:

We are the Stonewall Girls

We wear our hair in curls
We wear no underwear
We show our pubic hair
We wear our dungarees


Above our nelly knees

(Traducido al español:

Somos las chicas de Stonewall.

Llevamos rizos en el pelo.
No llevamos ropa interior.
Enseñamos nuestro vello púbico.
Llevamos nuestros petos de trabajo
por encima de nuestras rodillitas de mujer)

La policía decidió enviar a la Fuerza de Patrulla Táctica, un escuadrón antidisturbios entrenado para dispersar las manifestaciones contra la guerra de Vietnam. La multitud lo recibió con una constante lluvia de piedras y otros proyectiles, impidiéndole completar su misión. Durante la primera noche se produjeron 13 arrestos. Cuatro agentes y un número indeterminado de manifestantes sufrieron heridas de diversa gravedad.

El ambiente se calmó poco a poco, pero la multitud, aparentemente con la misma energía, volvería al lugar durante dos noches más. Los disturbios de la siguiente noche (domingo 29 de junio) se extenderían hasta las cuatro de la madrugada, aunque fueron menos violentos. La tercera noche (miércoles 2 de julio) aún vería la congregación de un millar de personas en el bar y alrededores, lo que causó de nuevo considerables daños materiales.

EL LEGADO: Después de los disturbios de Stonewall, ya no existía ninguna razón para seguir ocultando las ideas y fuerzas que se había cocido a fuego lento en los años anteriores.

La comunidad aglutinada durante dos décadas en torno a las pequeñas organizaciones homófilas se sintió, de pronto, más fuerte y unida que nunca. En este caldo de cultivo surgiría una organización unida y de vocación nacional. Tan sólo unas semanas tras los disturbios, a finales de julio de 1969, la ciudad de Nueva York veía nacer el Frente de Liberación Gay (GLF). La elección de su nombre se explica por la cercanía ideológica con las luchas anti-imperialistas en Vietnam y Argelia. A final de año, el GLF ya contaba con grupos en ciudades y universidades por todo el país. En poco tiempo surgieron organizaciones similares en Canadá, Francia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Australia y Nueva Zelanda.

Con objeto de conmemorar el primer aniversario de la revuelta de Stonewall, el GLF organizó una manifestación pacífica desde Greenwich Village hasta Central Park, con una concurrencia de entre 5.000 y 10.000 hombres y mujeres. Desde entonces y hasta hoy, la mayor parte de las festividades del Orgullo Gay se celebran alrededor de la efeméride, definida por D’Emilio como “la caída de una horquilla oída en todo el mundo”. En 1998, un grupo estadounidense pro derechos LGTB formó una plataforma política denominada los “Demócratas de Stonewall” (afiliada al Partido Demócrata). El grupo fue fundado por Barney Frank, un parlamentario gay.

El bar Stonewall Inn cerró a finales de 1969. A lo largo de los siguientes veinte años, el local fue ocupado por varios establecimientos, incluyendo una tienda de bocadillos, un restaurante chino, y una zapatería. Muchos visitantes y nuevos residentes del barrio desconocían en aquella época el carácter histórico del edificio y su conexión con los disturbios. A principios de los 90, el lugar fue renovado por primera vez y reabierto como un bar gay llamado, simplemente, “Stonewall”. Una segunda renovación a finales de los 90 (incluyendo una nueva distribución en varias plantas) atrajo a una mayor clientela. El club siguió siendo bastante popular hasta que el equipo de gestión perdió sus derechos sobre el local en 2006. Nuevos propietarios volvieron a abrir con éxito el local a la clientela gay en febrero de 2007, bajo el nombre original, “The Stonewall Inn”. (De Wikipedia, la enciclopedia libre)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanato lo que lei, no tenia idea de muchas cosas , bueno me dieron ganas de empezar a escribir. Como gay que soy y con 48años tengo mucho para dejar en letras. Soy de los que continuaron caminando las calles de Buenos Aires despues de la dictadura, eso en el 73. Mi Dios , si que eramos machos.
Gustavo Hector Cuerbo Arango